miércoles, 11 de octubre de 2017

Fue un acto de fe


Deuteronomio 11:24 dice: “Todo lugar que pise la planta de tus pies será tuyo; Desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será tu territorio”, más que un pasaje bíblico es un acto de fe. Así lo sintieron los jugadores de Santa Fe en 2012 cuando adoptaron esta frase y después de 37 años salieron campeones, y así lo sintieron Camilo Vargas (campeón con Santa Fe en 2012) y Radamel Falcao en la noche de ayer en Lima. Los dos, salieron a la cancha del estadio Nacional descalzos en la previa del partido ante Perú,  convencidos de que se podía clasificar porque la fe seguía intacta.
Colombia llegó golpeada  en su orgullo,  con más dudas que certezas tras el cachetazo de humildad y de coraje de los paraguayos en Barranquilla.  El equipo que nunca jugó como equipo en la eliminatoria, tenía que unirse para lograr el objetivo de ir al mundial.
Tras un primer tiempo de pocas llegadas, de más desgaste que juego, los dirigidos por Pékerman lograron ponerse adelante en el marcador copiando una formula muy guaraní. Pelotazo profundo del portero David Ospina, que Duván Zapata (la sorpresa de la alineación) bajo a una zona donde tres peruanos marcaban a Falcao, el goleador fiel a su apodo felino, protegió el balón con su vida en el capo donde minutos antes caminó descalzo, logró generar un espacio y sacar la pelota de la férrea marca de los incas para que James Rodríguez con un disparo seco y con furia vulnerara la red de Pedro Callese.

El silencio lapidario del  Nacional solo se rompió con los insultos que bajaron de la grada contra el 10 colombiano que celebró con rabia, tocándose el pecho con su dedo índice, como si expresara “aquí estoy yo, en los momentos más duros aparezco”, como si le enviara un mensaje a todos sus críticos como cuando desde una ventana de la sede de la Federación Colombiana de Fútbol hizo una pistola con su mano y después fue gran figura en el juego ante Ecuador en Quito. Ya es la segunda vez que el crack colombiano demuestra que cuando más críticas recibe, es cuando más bocas calla, así como hacia otros diez, el argentino Diego Maradona en sus mejores tiempos.
Con la derrota parcial Perú quedaba sin su sueño mundialista, parecía que los 35 años sin ir a copas del mundo seguirían sumando. Decidido a romper esa racha se fue al ataque con todas sus armas, metió más delanteros en cancha y comenzó a replegar a Colombia, que se equivocó a la hora de poner en práctica la expresión “metan huevo”. Dejaron de correr para empezar a chocar, renunciaron a jugar para dedicarse a rechazar a cualquier parte la pelota y cometieron varias faltas cerca al área. En una de ellas Paolo Guerrero, el líder inca que veía como se esfumaba su última oportunidad de ir al mundial, se arriesgó a cobrar una falta indirecta sin hacer dos toques, con la fortuna de que James en la barrera la rozó y Ospina también la tocó sin lograr desviarla de la portería.
El empate más la derrota de Chile ante Brasil y la victoria de Venezuela ante Paraguay, dejaba a Colombia clasificada y a Perú en repechaje, algo que dejó conforme a los dos equipos que decidieron no hacerse más daño. Colombia le cumplió a Falcao, el delantero que nos clasificó a Brasil y que no pudo jugar por una lesión, ahora tiene la oportunidad de revancha, de anotar goles en el torneo más importante del fútbol mundial.


   

No hay comentarios: