Llego el día más esperado por James Rodríguez y 47 millones
de colombianos, el volante anotó su primer gol con la camiseta del Real Madrid.
Tan solo necesito de tres partidos para manchar de verde, las blancas medias
que arrastró por el césped del Santiago Bernabéu mientras invocaba el grito
sagrado del fútbol y más de 68 mil almas lo ovacionaban por primera vez.
La misma cantidad de partidos que Cristiano Ronaldo necesitó
para anotar el primero de los más de 200 goles que tiene con los merengues.
El escenario no podía ser mejor, una final, el adversario,
nada más ni nada menos que el rival de patio, el campo de batalla el mítico Chamartín,
templo del deporte rey que ha vibrado por más de ciento diez años con los goles
de los mejores jugadores del mundo.
Pero el destino y Ancelotti quisieron darle un toque de
dramatismo a la proeza del colombiano que empezó viendo la primera final de la Súper
Copa de España desde el banco de suplentes.
Un primer tiempo soso, con malas entregas de balón, sin
opciones claras de gol, con un Real Madrid dormido, un Atlético que intento
irrespetar a los blancos y un Cristiano Ronaldo que no influyó en el juego. Justamente
el portugués se quejó de un dolor en su pierna en el entretiempo y fue reemplazado por el colombiano que piso el
campo de juego de la casa blanca por primera vez desde su presentación oficial
para hacer lo que más le gusta, jugar fútbol.
En la segunda mitad los merengues despertaron de la siesta,
arremetieron una y otra vez contra el arco colchonero, en ocasiones con más
velocidad que precisión. Como todo derby tuvo momentos de choque y juego
fuerte. Sergio Ramos ya encontró pareja de baile para los clásicos de la
capital después de la partida de Diego Costa, Mario Mandzukic reemplazó a la
perfección al ´lagarto´, chocó una y otra vez con el central sevillano que se
salvó de una expulsión por un manotazo en la cara del ex Bayern que el juez
central no vio.
El partido seguía en tablas, el desespero era evidente en la
tribuna y en el campo de juego, Di María entro a la cancha ovacionado por la
hinchada blanca, y repotenció el ataque por la banda derecha.
Cuando todo indicaba que la primera final terminaría sin
goles una jugada sucia en el área rojiblanca permitió el grito de James
Rodríguez. Un balón centrado por Xabi Alonso fue rechazado por la saga
defensiva del Atleti, cayó en los pies de Tony Kroos que con gran visión de
juego puso un pase milimétrico a Dani Carvajal que había ganado la línea de fondo
derecha y de primera habilitó a Benzema, el francés no pudo controlar el balón
y tras una serie de rebotes el esférico quedo frente al diez que definió con su
pierna derecha, la menos hábil. Ansaldi trató de desviar el disparo pero el
destino había determinado que el primer gol de James con la camiseta blanca
fuera en el Bernabéu y en el derby.
Pese a las críticas que recibió durante las últimas semanas
el colombiano celebró su gol con la alegría y humildad que caracteriza a los
nacidos en la tierra del vallenato y la salsa choque. Alzó las manos al cielo y
besó su brazo derecho justo en el lugar donde con tinta grabó el nombre de su
hija Salome, dueña de todas sus celebraciones.
Los siguientes 7 minutos fueron de real alegría, pero una
desconcentración de Kroos y Carvajal en un tiro de esquina silencio a la
hinchada madridistas, y solo un puñado de fanáticos rojiblancos sentados en la
palomera del estadio celebró el empate de Raúl García. 1 a 1 final en el
Santiago Bernabéu, resultado que le da cierta ventaja al onceno de Simeone por
el gol de visitante pero que no le asegura la copa… Todo se definirá el viernes
en el Vicente Calderón.