Además de
sus goles, asistencias y juego, el capitán de la selección Colombia ha dicho
tres frases a lo largo de su trayectoria con la tricolor que demuestran el amor
que le tiene al escudo y a la camiseta.
La
derrota le duele.
La
eliminación de la Copa del mundo a manos del anfitrión Brasil fue el momento en
el que se vio al James más triste, pero también aquel 4 de julio de 2014, fue
el día que el 10 de la selección en medio del llanto expresó la primera frase
con la que le mostró al mundo su amor por el equipo colombiano:
"Los
hombres también lloran, y más cuando sentís esto como un hijuemadre, por eso
también estoy triste" sentenció James Rodríguez entre lágrimas tras la
eliminación del mundial. Palabras que fueron más de hincha que de jugador,
fueron más de un fanático que seguramente vivió con gran tristeza la dolorosa
etapa de transición que nos dejo fuera de tres mundiales, o la de un hincha que
en esa etapa oscura de nuestro fútbol se imaginaba anotando un gol en a final
de la copa del mundo cuando jugaba en los torneos en la cancha del barrio
o en "la play" y que en el mundial del 2014 vivió un sueño que en
tierras cariocas no pudo ser pero que no desfallece.
Por
fortuna James el hincha, se hizo futbolista, se hizo capitán y a pesar de la
fama y los millones no pierde ese deseo de gloria que se le nota en cada gol de
la selección cuando se arrodilla, cuando grita mientras aprieta los puños o
cuando besa el escudo.
El mal
juego le enfada.
James ha
demostrado que es el primero en sentir rabia cuando no se hacen las cosas bien.
Cuando el equipo juega mal él siente vergüenza como lo demostró hace un año en
la Copa América de Chile, tras el empate con Perú que dejo la clasificación de
Colombia en manos de terceros:
"Cuando
uno juega mal lo paga - Jugamos mal en el primer partido, jugamos mal hoy, y
ahí estamos penando". Sentenció el 10 que como hincha es el primero en
molestarse cuando se hacen malos partidos y como referente de la selección también
es el primero en poner el pecho y para recibir las críticas.
El
sacrificio lo hace feliz
Así como
los hinchas hacen cualquier cosa por ver a la selección y no se arrepienten de
eso (ahorran para la entrada, faltar al trabajo, o como en mi caso levantarse a
las 4 de la mañana en Madrid para verla en un computador), nuestro James no
dudó en ningún momento en jugar ante Paraguay a pesar del golpe que sufrió en
su hombro izquierdo.
"Yo aquí juego hasta cojo, yo aquí
siempre quiero jugar y soy feliz aquí" declaró el capitán colombiano al
finalizar el partido ante la albirroja, en un gesto que demuestra el amor que
tiene por su selección solo puede ser comparable por lo que siente por su
familia, mismo sentimiento que tiene usted o yo como hincha de nuestra tricolor.