La primera estrofa del himno de la Roma dice: “Roma, Roma,
Roma… Corazón de esta ciudad… Único gran amor”. Es un canto a la fidelidad, ese
sentimiento que desde hoy tiene una mejor explicación gracias a la carrera de
Francesco Totti.
40 años de amor por la camiseta de la loba, y 25 temporadas defendiéndola con sangre,
sudor y lágrimas en 786 partidos.
Il capitano, lideró a un equipo de gladiadores para
conseguir el tan anhelado scudetto en la temporada 2000/2001. La Roma se consagró campeón de Italia tras 17
años, por tercera vez en su historia haciendo una campaña histórica de 75
puntos.
En su cuarto de siglo como emperador, Francesco Totti marcó
307 goles, dejando para el recuerdo de los fanáticos del fútbol joyas como el que le hizo al Inter en el estadio Guseppe Meazza en la temporada 2005/2006 (un sombrero a Toldo desde la media
luna,) y sus once goles a la Lazio su archirrival, que a pesar de ser enemigos acérrimos,
despidió al 10 de la Roma con una pancarta que decía: “Totti la hinchada de la
Lazio te saluda”.
El eterno capitán también será recordado por sus
celebraciones, siempre con fervor y bordeando la locura que conllevaron a la creación de la frase "No Totti, no party". Pero dos especialmente
quedaran en la memoria del fútbol italiano. Los dos festejos curiosamente
fueron ante Lazio.
El primero cuando después de anotar un gol, ´Er Puppone´ fue donde un camarógrafo, le arrebató su herramienta y enfocó a la curva sud paragrabar la celebración de su hinchada.
Y la segunda, seguramente la más
recordada cuando se tomó una selfie tras
marcar el agónico empate en el derbi, fotografía que se volvió viral.
Un tipo de apariencia sobria, de pocas palabras, pero de
gran poder de mando, como emperador que fue. Con una mirada, con un gesto ya
sus gladiadores sabían qué hacer, su amor a la Roma y su espíritu de lucha le
jugaron malas pasadas a sus nervios, cuatro expulsiones en su carrera, una de
las más recordadas la patada que le pegó a Balotelli en un Roma - Inter.
Un tipo que por su talento también recibió duros golpes en
batalla, como aquel guadañazo al tobillo de Paolo Montero en un Juventus - Roma,
o la fractura de tobillo de la que fue víctima en febrero de 2006 que puso en
duda su participación en el mundial de Alemania.
Copa del mundo a la que llegó después de una recuperación
milagrosa y en la que se consagró campeón y anotó un gol importante para Italia ante Australia de pena máxima..
La espina en el legado del último emperador de Roma será sin
duda la no conquista de Europa, el trofeo continental fue esquivo para Totti,
que se despidió jugando 40 minutos en su casa, el olímpico de Roma con una
victoria 3-2 ante Genoa que deja a su amado equipo clasificado a la próxima Liga de Campeones.
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